Pablo Gilberto

Thu, May 10, 2007 One-minute read

El martes pasado, 8 de Mayo, mientras cogía mi querida RENFE, ojeé un 20 minutos para meterme un poco de mentiras por la vena. Y entonces lo vi: Imperdibles, Paul Gilbert en Apolo a las 21h.

¡¿Qué?! ¿Paul Gilbert en Barcelona y yo sin saberlo? OMFSM!!!!

Así que, evidentemente, fui. Y se me cayeron las pelotas al suelo. No sólo por su técnica, no sólo por su entusiasmo, no sólo por cómo hablaba con su guitarra, no sólo por su pedazo de bajista, su pedazo de batería y su pedazo de teclista. No. Era La Sensación. La sensación que te produce cuando ves a alguien que está haciendo lo que más le gusta en la vida, disfrutando al máximo. Sin falsedades ni hipocresías, sólo música, sintiendo cada nota y cada sonido que entra y se expande por tu interior como cuando el corazón bombea tu sangre hacia todos los puntos de tu cuerpo.

Espectacular. Piel de gallina. Felicidad. Virtuosismo. Rock’n’Roll.